…. En Robledondo y otros eran preferidos los músicos de Peguerinos (Avila) a los del lugar ,
pues dicen que daban al baile mayor dinamismo, con breves descansos, aumentando
así considerablemente la recaudación. En este pueblo, de bailadores de fama y
que conservó hasta ayer mismo una riqueza y variedad de formas coreográficas
que resistió extrañamente al embate de la jota, la juventud aprovechaba la
música para hacer baile a las puertas de la casa donde se celebraba el espigo.
En Navalespino, acabado éste, se solía llevar ronda de seguidillas y jotas a
los novios acostados, tras la cual el novio se levantaba y les daba propina.
Finalmente, en Las Herreras no podía faltar el vino sobre la mesa, para
refrescar tanto a los músicos como al acompañamiento. En este último pueblo, y
al finalizar el espigo, el contenido de la caja era escrupulosamente contado
por el padrino en presencia de los novios y sus padres…
…El
espigo en Valdemaqueda revestía caracteres diferentes, pues allí no era
indispensable bailar con los novios para efectuar el donativo; en cada pieza
tocada por los músicos, que también eran contratados, se anunciaba previamente
el precio de la misma: Esta vuelta vale un duro..., bailando varias parejas a
la vez y pasando la tasa a engrosar la dote de los novios. Este método, que
también se observaba en la cercana villa abulense de Las Navas del Marqués , entronca con los numerosos bailes de pujas que se dan en la mitad sur
peninsular y por toda la costa mediterránea…
En
el caso de Valdemaqueda el precio de cada baile era fijo, con independencia de
que se hiciera con la novia o no, y las pujas para subir la ofrenda, que sí
hacían en Peguerinos y Tornadizo (Avila), eran tenidas por cosa poco digna por
estas tierras. Este sistema abría la cuestación a otros bailes distintos de la
jota, como el interesante baile tres, cuyo número impar de bailadores lo hacía
poco adecuado al ritual comentado en otros pueblos que también lo practicaron
(Las Herreras, Navalespino, Robledondo); en Valdemaqueda también se recuerda la
presencia de las seguidillas en los espigos y, en fechas recientes, del baile
agarrao…
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